CAMINITO A ALMERÍA
VIAJE DEDICADO ACARMEN DE BURGOS
NUESTRO PRIMER VIAJE EN BICICLETA Y CÓMO APRENDIMOS A HACER CASO A LOS CONSEJOS DE GRANDES CICLOVIAJERXS
Nuestro primer viaje en bicicleta transcurre por tierras murcianas y almerienses, desde Cartagena hasta Almería, pasando por Cabo de Gata y sus impresionantes parajes.
MIRANDO AL CIELO
Salimos la mañana del día 16 de Abril, con previsión de lluvia para toda la semana… Esas previsiones que, si les haces caso, no sales de casa. Pero en fin, cada día aciertan más… y por eso decidimos salir. Llevábamos las alforjas preparadas para etapas lluviosas. En realidad, después resultaron ser calurosas y soleadas, lo que nos permitió darnos algún que otro chapuzón mañanero en el mar.
REVENTAMOS
Y como todos los inicios son duros, ya en la primera etapa sufrimos nuestro primer reventón. Ni con 7 parches conseguimos arreglarlo. Y ¿que pasó? Pues lo que les tenía que pasar a dos novatas cicloviajeras que no atendieron en la clase en la que explicaban qué repuestos hay que llevar en un viaje… NO LLEVÁBAMOS CÁMARAS DE REPUESTO. Sí, lo sabemos, fue un ERROR, que se solucionó haciendo 40 km extra a la mañana siguiente. Sin alforjas, de vuelta a Mazarrón, donde estaba la tienda de bicis más cercana. Y después, vuelta a Calnegre, donde habíamos dormido esa noche.
Ahora sí,equipadas con cámara de repuesto y radios y… Aquí os dejamos una lista de repuestos de lo que pensamos que es necesario llevar en un viaje en bicicleta.
Aprendimos la lección. ¡Vaya si aprendimos!
Así, con la cámara cambiada, ya pudimos continuar nuestro camino.
ESTÁBAMOS FLOJAS
Salimos al día siguiente al medio día. El sol, ahí arriba, desafiaba las previsiones regalándonos sus rayos, directo a nuestras cabezas. Dejamos el pueblo de Puntas de Calnegre atrás. Es un pueblo mediterráneo sin explotar, como si 50 años no hubieran pasado: 4 bares, unas pocas casitas, un estanco… Pero también una playa impresionante y el inicio del Parque de Cabo Cope – Puntas de Calnegre a sus pies.
Proseguimos por la carretera que lleva al pueblo Los Curas. Allí preguntamos a la señora que regentaba una tienda cómo llegar a Águilas. La señora nos miró. Miró a los perros. A las bicis… Nos dijo: “tenéis que subir por la lomita”. La lomita resultó ser un puerto con 380 m de altura en unos 5 km… Era nuestro primer viaje en bicicleta, con las alforjas cargadas. Esta subida, que hoy en día no nos supone un esfuerzo muy grande, nos hizo constatar que teníamos que mejorar nuestra forma física.
Eso sí, desde arriba las vistas del Mediterráneo, de Cabo Cope y de la costa murciana son bestiales. Después de la subida tuvimos nuestra recompensa: la preciada bajada, que aunque siempre se hacen cortísimas, se disfrutan muchísimo.
PASAMOS LA FRONTERA
Continuamos camino hasta llegar a Águilas. Allí, después de una parada para comer y descansar, continuamos hasta donde sería nuestra segunda noche de acampada. Elegimos dormir en la playa de la Higuerica, casi en la frontera con Almería. La mañana siguiente nos recibió con un amanecer espectacular sobre el mar más calmo que tendríamos en todo el viaje. Nos pudimos dar un baño a primera hora, para despejarnos y coger fuerzas para seguir pedaleando.
Continuamos por la carretera que va junto al mar, por la costa. Fuimos pasando por pueblos pequeños y no tan pequeños: Villaricos, Palomares, Vera, Garrucha, Mojácar… Tras subir al mirador de la Granatilla, con unas vistas alucinantes, llegamos al Parque Natural de Cabo de Gata y Níjar. El mar, que por la mañana estaba tranquilo, comenzaba a ponerse nervioso. Se levantó un viento que nos acompañaría el resto del viaje. Esa noche la pasamos resguardadas de ese viento. Necesitábamos cobijarnos en algún sitio. Conseguimos encontrar una casa vacía cuya pared nos sirvió de parapeto. Ese día pudimos disfrutar de un precioso atardecer sobre las montañas de Cabo de Gata para después dormir como lirones.
EL PUEBLO DE CARMEN DE BURGOS
Al día siguiente el viento persistía en acompañarnos, pero nosotras íbamos decididas a seguir camino. Así que pedaleando contra el viento conseguimos llegar a Rodalquilar. Un pueblo lleno de arte que era nuestro objetivo en este viaje. Ahí nació Carmen de Burgos.
Ella fue la primera mujer que apareció en la lista de autores prohibidos durante el franquismo. Escritora autodidacta, se le considera la primera mujer periodista profesional en el Estado español. Además, fue una activista por los derechos de las mujeres. Murió como vivió: dando un mitin sobre educación sexual en el Círculo Radical Socialista. Empezó a encontrarse mal y se desplomó. Unas horas después moriría. Por supuesto, es una gran desconocida. En esta sociedad patriarcal llegar a algo siendo mujer es muy difícil, y además se silencia. Esta es la mujer por la que iniciamos este viaje, siguiendo sus pasos hasta su lugar de nacimiento, el bonito pueblo de Rodalquilar.
NOS VOLAMOS
Dejando este bonito pueblo atrás proseguimos el viaje. Estábamos contentas por encontrar referentes feministas tan cercanos. Con la fuerza que nos dio la comida continuamos pedaleando hasta llegar al corazón de Cabo de Gata, donde nos alcanzó la noche. Fue una noche en la que el viento fue el claro protagonista.
El cuarto día de nuestro viaje empezó igual que acabó el anterior: con un viento que hacía la pedalada imposible y nos tiraba de la bici. Así que nos bajamos de ella y subimos hasta el faro de Cabo de Gata empujando las bicis y haciendo equilibrios para no caernos. Tras el descenso desde el faro y cuando pensábamos que ya llegábamos a San Miguel, una subida con un desnivel del 10% nos esperaba… Aún así, conseguimos llegar a San Miguel. Estábamos muy contentas por haber llegado tan cerca de la ciudad Almería. Tanto, que en vez de hacer noche a medio camino, decidimos continuar. Seguimos hacia el oeste por un camino de tierra hasta que por fin llegamos a Almería, donde estaba el final de nuestro viaje.
QUEREMOS MÁS
Mirando hacia atrás, técnicamente fue un viaje muy corto y no fue un perfil duro. Sin embargo, lo que nos hizo sentir lo convierte en un viaje especial. Era nuestro primer viaje. Y ese mismo viaje nos hizo decidir que no queríamos que fuera el último.
EL CICLOTURISMO SE HABÍA METIDO EN NUESTRAS VENAS.
Que bueno chicas y ahora por donde andan y soy de Ecuador.